‘Harry Potter: la exposición’ llega a Barcelona: las siete mejores salas para hacerse fotos y fardar en Instagram


Tras haber recibido 1,7 millones de personas, desde su inauguración el año pasado en Filadelfia (EEUU), y pasar luego por Viena (Austria) y París (Francia), Harry Potter: la exposición abre sus puertas en Barcelona desde este viernes, 17 de novimbre. “Se trata de la mayor exposición, la más completa, inmersiva, interactiva y personalizada que Warner Bros. Discovery haya traído a España en general, y sobre el mundo del famoso mago y todo Wizarding World, en particular”, tal como ha resaltado la vicepresidenta para España y Portugal de la compañía, Rosa Tévar, durante el acto de presentación, este jueves, de la colosal propuesta instalada en una carpa de 3.000 metros cuadrados en la explanada de Pla de Miquel de Tarradell del Port Vell.

Aunque se lo sabe de sobras, Tom Zaller, el CEO de Imagine Exhibition y creador de la mágica experiencia inmersiva, también se ha apuntado a la visita: un intrincado laberinto de 22 salas donde el público podrá revivir las historias del aprendiz de mago surgido de la imaginación de J.K. Rowling en 1997, y que dio lugar a siete libros y ocho películas. En su caso lo ha hecho vestido con los famosos colores escarlata y oro de la casa Gryffindor, la misma de Harry Potter, Ron Weasley, Hermione Granger o Albus Dumbledore.

Hora y media en un plisplás

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La aventura dura una hora y media aproximadamente. Aunque el tiempo parece que vuela si te sumerges en los pasillos del castillo de Hogwarts. Todo comienza en el andén 9 y 3/4 de la estación de King’s Cross. Allí te colocas una pulsera con un chip que registrará las interacciones del público. Para empezar, hay que elegir varita, Patronus y la casa que vamos a representar: además de Gryffindor, puede ser Hufflepuff, Ravenclaw o Slytherin.

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El recorrido está lleno de curiosidades, desde las primeras ediciones del libro hasta los vestidos originales que llevaron en las películas Daniel Radcliffe, Emma Watson o Rupert Grint. Pero quizá lo mejor, tanto para fans de la saga fantástica como para ‘muggles’ de todas las edades [humanos sin habilidades para lanzar hechizos], sean los increíbles decorados fielmente reproducidos donde hacerse selfis y fotos y fardar en Instagram. Estos son los siete fantásticos:

El Gran Salón del Castillo de Hogwarts

Divinamente recreadas con platos, copas y cubiertos, dos mesas y una pantalla recrean a la perfección uno de los espacios más icónicos para el fan de la saga (suele tener velas que levitan, y en Halloween estas se cambian por calabazas). Aunque el atrezzo es tentador, no se toca, pero queda estupendo como fondo para selfis. Si la sala está llena con otros alumnos del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería con los que no le apetece compartir plano, debe saber que el decorado gótico se utiliza como fondo para las fotos oficiales que pueden comprarse al final del recorrido.

Mandrágoras animatrónicas

Tras pasar por las clases pociones, varitas y artes adivinatorias (leer los posos del café y desentrañar el humo de una bola de cristal) se empieza a oír a lo lejos unas criaturas llorando. Los maullidos son de las mandrágoras chillonas de la sala La herbología. Parecen simples macetas con grandes tallos verdes, pero solo hay que tirar de ellos para que sobresalga de la tierra la raíz, que mueve brazos y boca y tiene una cara realmente fea. Pero no espantarán ni a los más pequeños, y además, son uno de los vídeos perfectos para hacer durante la visita.

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Repantingarse en el sillón de Hagrid

De pronto, tras adentrarte en el Bosque Prohibido llegas a una cabaña de escala superior. Es la casa del semigigante Rubeus Hagrid. No falta su chimenea, sus sillas y mesas, la cocina y, cómo no, un enorme sillón colorado donde nadie se resiste para repantingarse y hacerse la foto de rigor con los pies colgando.

Una partida al ‘Quidditch’ con escobas

El Quidditch es un deporte rápido y emocionante que se juega a lomos de escobas voladoras. Un par de ellas esperan a que las monten los visitantes para grabar el momento hechicero con sus móviles. Si no coincide con muchas personas en la sala, también se puede hacer canastas y ganar puntos enviando las pelotas, las quaffle, a través de unos aros que se iluminan y suenan que le animan a seguir probando suerte.

Momento dragón Colacuerno

Según Tom Zaller, el creador de Harry Potter: La Exposición, uno de los momentos que más impactan a los megaexpertos en la saga sobre el aprendiz de mago y todo Wizarding World es cuando llegan a la sala oscura presidida por un enorme Colacuerno húngaro de unos tres metros, gesto fiero y alas abiertas a punto de alzar el vuelo. Les debe recordar a la batalla de Potter durante la primera prueba del Torneo de los Tres Magos de 1994, en un esfuerzo por recuperar un huevo de oro (también expuesto en la sala).

La cama de Harry Potter bajo la escalera

Durante su estancia en París, la expo superó con creces el medio millón de visitantes. Y la mayoría, al llegar casi al final de las salas acababa tumbándose. Pero no por cansancio, sino porque se topaba con un decorado entrañable, que, por supuesto, también se exhibe en Barcelona: la recreación de la alacena bajo las escaleras que hizo las veces de habitación para Harry Potter cuando sus tíos lo acogieron de la mala gana tras el asesinato de sus padres. Es una bombonera, con su colchón y su manta, unos libros, un bote de cristal con botones y, por supuesto, las gafas redondas del aprendiz de brujo. Para un encuadre perfecto, retírate unos metros de la puerta.

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Un brindis con cerveza de mantequilla

Tal como avanzó Zaller, el público que acuda a la muestra en Barcelona disfrutará de una novedad. Solo hay que completar todo el recorrido y llegar a la enorme tienda con merchandising para descubrir tres tiradores de una cerveza especial, la de mantequilla. Es el momento de hacerse la foto del brindis final, aunque no esperen una bebida de cebada tostada, sino más bien un sorbo con sabor a toffee.

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