Arándanos, açai y otros frutos silvestres, aguacates, salmón, espinacas y verduras de hoja verde y semillas como la chía. “Cada cierto tiempo se popularizan algunos alimentos y también bebidas, que se denominan superalimentos, porque tienen determinadas propiedades nutritivas y porque son hasta ese momento desconocidos y algo exóticos. Y eso hace que se pongan de moda”, explica Jordi Salvador, director de proyectos en la consultora PriceWaterhous Coopers (PWC), que hace dos años elaboró un estudio sobre las tendencias de alimentación en Cataluña. Esta Navidad, las mesas familiares van a normalizar estos productos como parte de los menús festivos.
“Pese al momento difícil que estamos pasando por la inflación, a la gente no le importa pagar más por estos superalimentos”, subraya Salvador, que recuerda que este apelativo “es una mera etiqueta, una estrategia de máqueting” que viene funcionando desde hace años, pese a que ni la Unión Europea ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) los reconoce. “Son alimentos con un origen generalmente foráneo, que no formaban parte de nuestra alimentación habitual hasta hace pocos años, pero que se han promocionado en los últimos tiempos debido a sus efectos en la salud, aparentemente muy poderosos“, detalla la investigadora del CSIC Jara Pérez Jiménez, en su libro ‘¿Qué sabemos de los superalimentos?’, en el que analiza la evidencia científica que hay en relación a cada uno de estos productos.
Pese a ser un término acuñado por el márqueting, “lo cierto es que el consumidor valora estos alimentos por sus efectos en la salud y esto hace que los compre de forma masiva y los convierta en tendencia”, prosigue el consultor de PWC. “En el estudio que hicimos sobre este ámbito, por encargo de la Federació de Cooperatives Agràries de Catalunya, la FCAC, detectamos, por ejemplo, que las ventas de frutos rojos se han duplicado en solo dos años”, señala Salvador. Una de las épocas del año en que más crecen las ventas de frambuesas, grosellas y fresas es, precisamente, la Navidad.
Del plátano al açai
Desde el plátano hasta la quinoa y el açai actuales, los superalimentos actuales están también muy ligados a factores aleatorios, “como la viralidad en las redes sociales“, indica el experto. En los últimos tiempos, la presencia de marcas de alimentación en canales como Instagram “ha aumentado más del 100%”, prosigue el consultor. Algunos han ‘fichado’ a figuras de referencia (tanto para elaborar recetas como para promover estilos de vida), lo que les srive para la captación de clientes y para promocionar nuevos hábitos y productos de alimentación.
Pero no es oro todo lo que reluce. “Se habla mucho, y es verdad, de que las bayas de goji contienen polifenoles, pero su contenido es similar al de otras muchas frutas, como la ciruela”, aclara Pérez Jiménez. Otro componente por el que destaca este también denominado superalimento es el betacaroteno, añade la investigadora del CSIC. “Se insiste en que es superior al de la zanahoria, pero también es cierto que con el consumo de 50 gramos de zanahoria estaremos cubriendo las necesidades diarias de dicho compuesto”, puntualiza.
Además, señala la científica del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ICTAN), “otra cuestión que se debe considerar es el precio de estos productos, porque un kilo de bayas de goji suele costar unos 15 euros, mientras que la misma cantidad de zanahorias vale algo más de un euro”.
