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Un grupo de saboteadores ucranianos vuela dos conexiones ferroviarias entre Rusia y China


Las dos explosiones que en las últimas horas hicieron volar por los aires dos conexiones ferroviarias entre Rusia y China, en la república rusa de Buriatia, según fuentes de la agencia rusa Interfax, fueron organizadas y provocadas por saboteadores del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU). «Los rusos cayeron dos veces en la trampa del SBU: otro tren con combustible explotó en la línea férrea Baikal-Amur», aseguró el interlocutor de la agencia.

Según esta fuente de Interfax, «esta explosión fue la segunda etapa de la operación especial del SBU para desactivar un ferrocarril importante para la Federación Rusa», que se emplea para pasajeros, trenes de mercancías que van o llegan de China, pero también «para la logística militar», pese a ser un zona de Siberia que se encuentra a unos 6.500 kilómetros de Ucrania.

El primer tren de mercancías explotó directamente en el túnel Severomuiski, provocando un enorme incendio. «Así que, para poder mantener el tráfico ferroviario, los rusos comenzaron a utilizar una ruta de circunvalación que pasa por el llamado Puente del Diablo. Eso es exactamente con lo que contaba el SBU: cuando otro tren circulaba por este puente de 35 metros de altura, los artefactos explosivos colocados hicieron explosión», precisó la fuente.

Investigación en marcha

El Comité de Instrucción de Rusia (SK, en sus siglas en ruso) ha abierto una investigación penal por «terrorismo» para tratar de esclarecer los detalles de lo sucedido y determinar la autoría exacta de la acción de sabotaje. Los medios de comunicación ucranianos creen que detrás de las explosiones está efectivamente el SBU. Sin embargo, RZD, los ferrocarriles rusos, achacaron el incendio provocado por la primera deflagración, la que se produjo en el túnel, a «un cortocircuito en el cableado».

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El desastre tuvo lugar el 30 de noviembre pasada la media noche en el tramo Itikit-Okushikán, en Buriatia. El túnel Severomuiski es el más largo de Rusia construido solamente para trenes. Tiene una longitud de más de 15 kilómetros. De ahí que, tras la devastación causada en el interior de la infraestructura, que el diario ruso Kommersant asegura que fue debida a un artefacto explosivo colocado debajo de una cisterna, el tráfico ferroviario tuvo que desviarse por un ramal de circunvalación a través del Puente del Diablo, también en Buriatia. Ahí reventó ese mismo día el segundo convoy de mercancías, dejando a Rusia sin conexión con China e impidiendo además que las cisternas de combustible llegadas desde el este de Siberia puedan seguir su curso hacia el oeste del país, hacia Ucrania.

El tren que estalló en primer lugar llevaba un total de 50 vagones, de ellos 41 cisternas con diésel y 3 con combustible de aviación. Al parecer, casi todos quedaron destruidos, mientras que la temperatura de la combustión del carburante deformó los raíles, los trabajos de reparación van a llevar tiempo. Según la publicación digital rusa Baza, los operarios enviados a liquidar el desastre no pudieron entrar en el túnel a causa del espeso humo resultado de la combustión de las cisternas.

El segundo convoy en el Puente del Diablo también ha debido quedar seriamente dañado, aunque hay poca información sobre los detalles. A nivel oficial se sostiene que solamente cuatro vagones ardieron completamente y otros dos no llegaron a ser del todo pasto de las llamas, pero sufrieron daños significativos. El combustible se derramó a través de una superficie de 150 metros cuadrados.

Sin reivindicación pública

El SBU no ha reivindicado púbicamente estas dos acciones de sabotaje y Rusia, pese a que ha abierto una investigación por terrorismo, no ha confirmado todavía que esté detrás Kiev. La supuesta fuente anónima de los servicios secretos ucranianos, citada por varios medios de prensa del país, advierte que «los servicios especiales rusos deberían acostumbrarse al hecho de que nuestra gente está en todas partes, incluso en la lejana Buriatia».

Por otro lado, la Justicia rusa sospecha que Ruslán Sidiki, ciudadano con doble nacionalidad, rusa e italiana, podría ser el autor de un sabotaje en la estación de tren de Diáguilevo, en la región rusa de Riazán, situada al sureste de Moscú. En esa estación, debido a un artefacto explosivo, el pasado 11 de noviembre descarrilaron 19 vagones de mercancías. Según los investigadores, Sidiki observó la explosión del tren mediante una cámara de vídeo que instaló junto a las vías.

El Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, antiguo KGB), cree que Sidiki está también implicado en un ataque con drones contra el aeródromo militar de Diáguilevo, ocurrido en julio. Sidiki, que fue detenido en el aeropuerto moscovita de Vnúkovo cuando intentaba huir de Rusia, tiene sobre sí varias causas penales por tenencia ilegal de explosivos. El diario ruso Moskovski Komsomólets, que cita fuentes de la investigación, informa que fue reclutado por los servicios de Inteligencia ucranianos. Se dedicaba a viajar por Rusia en bicicleta haciendo amplios y detallados reportajes fotográficos, uno de ellos dedicado a la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania.

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