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Putin pide redoblar los bombardeos en represalia al ataque a Bélgorod


Comienza 2024 sin esperanza de paz en el este de Europa y con el volumen de amenazas en su punto más alto. En poco más de un mes y medio se cumplirán dos años de la guerra de Ucrania. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, subió el lunes el tono y anunció que redoblará los bombardeos contra el país vecino como castigo a los ataques sufridos el sábado en la ciudad de Bélgorod, capital de una región pegada a la frontera ucraniana, en los que murieron 24 personas y 108 resultaron heridas. «Ha sido un ataque contra la población civil y desde luego se trata de un acto de terrorismo. No se le puede llamar de ninguna otra manera», dijo Putin, según las declaraciones recogidas por la agencia estatal rusa TASS. «Me hierve la sangre. Ningún crimen de este tipo -y éste es, por supuesto, un crimen contra la población civil- quedará impune», prometió.

Además, Putin desechó la versión oficial ucraniana sobre la causa del incidente, que sostenía que el ataque iba dirigido contra instalaciones militares rusas, pero un fallo del deficiente sistema de defensa aérea desvió los proyectiles, provocando que cayeran en la ciudad y mataran a civiles. En lugar de esa razón, el presidente dijo que el Ejército ucraniano había disparado con un sistema de lanzamiento múltiple MLRS. En sus palabras, «un arma indiscriminada que usó para un ataque al centro de la ciudad, donde la gente paseaba antes de Año Nuevo».

Sin concesiones

En las fotografías que trascendieron, se podían ver a los miembros del sistema de emergencias de Bélgorod trabajando alrededor de vehículos calcinados y dañados por los proyectiles, y también a militares junto a los cuerpos de las víctimas del ataque, tapados con mantas. Los vecinos depositaron después flores y muñecos de peluche para recordar a los caídos en un memorial improvisado en la ciudad.

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Además de amenazar con un recrudecimiento de los ataques contra Ucrania, Putin realizó más declaraciones de una extraordinaria dureza, afirmando que Ucrania no está siendo capaz de sacar adelante sus planes militares y que «está agotando rápidamente las municiones occidentales que recibe», lo que provoca que «sus fuerzas [sean] aniquiladas». En ese sentido, el presidente ruso también expresó su deseo de «poner fin a este conflicto de la manera más rápida posible», aunque «solo en nuestros propios términos».

Las referencias de Putin a las fallidas acciones ucranianas sobre el terreno y al gasto de la ayuda militar de Occidente son particularmente delicadas, sobre todo ahora que parte del Partido Republicano de Estados Unidos se muestra reticente a seguir respaldando a Kiev y que la guerra iniciada en Gaza ha provocado que se abra un segundo canal de ayuda armamentística y económica de importancia.

No obstante, el Reino Unido anunció el viernes el envío de cientos de misiles a Ucrania, con el propósito de que Kiev sea capaz de resistir a bombardeos como el sufrido a finales de la semana pasada, cuando alrededor de 30 personas murieron y 160 resultados heridas.

Lo cierto es que la tensión geopolítica quedó evidenciada durante los discursos que Putin y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ofrecieron con motivo del Año Nuevo. Mientras el mandatario ruso afirmó que «ninguna fuerza puede dividirnos» y calificó a los soldados de «héroes», presumiendo de que en 2023 se han «defendido firmemente nuestros intereses nacionales, nuestra libertad y nuestra seguridad, nuestros valores», el presidente ucraniano prometió que 2024 será cuando por fin se consiga «destruir» al Ejército ruso. «El año que viene, el enemigo sufrirá los estragos por parte de nuestra producción doméstica», dijo Zelenski, en referencia al millón de drones que Ucrania espera acumular en su arsenal.

Eje Moscú-Pekín

De manera paralela, resultaron llamativas las palabras del presidente chino, Xi Jinping, que aprovechó su discurso de Año Nuevo para explicitar que los vínculos de China y Rusia se reforzaron en 2023, continuando con un período especialmente favorable en sus relaciones. «Frente a cambios sin precedentes en un siglo y una situación regional e internacional turbulenta, las relaciones entre China y Rusia han mantenido un desarrollo sano y estable y han progresado de forma constante en la dirección correcta», afirmó el presidente Xi, según la cadena oficialista CCTV.

«Bajo nuestro liderazgo conjunto, la confianza política mutua entre ambas partes se ha profundizado, nuestra coordinación estratégica se ha estrechado y la cooperación mutuamente beneficiosa ha seguido produciendo resultados», dijo Xi, en alusión a Putin.

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